viernes, 17 de junio de 2016

El animal

Existe un animal marino de tres milímetros que tiene corazón y cerebro. No me estoy metiendo con nadie. Existe de verdad y se llama Oikopleura dioica. Dicen los que saben que es casi como nosotros y que nosotros no somos casi como él porque tenemos más genes. Pero no tenemos más genes porque al evolucionar los hayamos ganado, sino porque el Oikopleura dioica los ha perdido. Podríamos estar discutiendo esto durante horas o semanas, pero a mí se me quitan las ganas de hacerlo cuando salgo a la calle. Creo que la única diferencia con ellos es que nosotros vamos vestidos. Igual puede que cuatro cosillas más. Que nos gusta el fútbol, el vino y las mujeres. La última cosilla es que hablamos; aunque aquí soy yo el que sí quiere discutirlo.
Eduard Punset dice que la música es el lenguaje que entendemos y que nuestro lenguaje no sirve para casi nada. Que dentro de ese lenguaje lo que importan son los gestos que acompañan esa verborrea, el movimiento, y con el movimiento la musicalidad, y con la musicalidad la música, que justamente es por donde empezó Punset. Que lo que hablamos suele ser mentira, si es que alguna vez es verdad.

El Oikopleura también tiene culo, y al tener culo también tiene boca. Como nosotros. Aunque nosotros, a veces, hablamos con el culo y... Ellos no. Ellos saben muy bien dónde tienen cada cosa. Usan el cerebro para saberlo. Y, seguramente, usen el corazón para quererse.

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