domingo, 12 de abril de 2015

Segundo

Conocí a Segundo en un concierto de rock. El concierto lo daba yo, pero el único que parecía un músico en ese local era él, con su sombrero de bluesman y su elegancia innata... el estilo no se compra, sé que tú nunca podrás entenderlo(Alex Cooper con Los Flechazos). Amante del jazz, del blues, del tango; cantante aficionado (podías afinar tu guitarra con su voz... aficionado?). Hijo olvidado y padre adoptado desde la muerte del mío. Experto en arreglar cosas; esas cosas que los demás pensamos que se arreglan solas. Maestro de la ironía y del espacio, del físico y del gramático. Guardián del arco, líder y secundario. Tensión dominante y reposo primario.
Le mató el tabaco, sí, pero también le mató la falta de tacto de algunos objetos que se consideran a sí mismos personas. Cuando uno da tanto, necesita llenar ese vacío.
La última vez que vi a Segundo fue nunca.
El infierno lo apagaría de un soplido. En el purgatorio no le entenderían. Y San Pedro no le dejaría pasar, porque querría que le contara más chistes.

Siempre estará alrededor, observando, ayudando, y, de vez en cuando, tomándose un culin de sidra a nuestra salud.